Elche (cooficialmente y en valenciano Elx) es una ciudad y municipio español situado en la provincia de Alicante, en la Comunidad Valenciana (España). Es capital de la comarca del Bajo Vinalopó, a orillas del río Vinalopó. Elche es la tercera ciudad más poblada de la Comunidad Valenciana, la segunda de la provincia de Alicante, la vigésima en población a nivel nacional y la cuarta mayor ciudad excluyendo capitales de provincia. El área metropolitana de Alicante-Elche, que agrupa a Elche con la conurbación de Alicante-San Vicente del Raspeig-San Juan de Alicante y con las localidades cercanas de Santa Pola y Crevillente, es la 8º más poblada de España,
En el siglo V a. C. fue fundada la ciudad ibera de Ilici. Con la llegada de los romanos, se desarrolló un proceso de formación de una colonia poblada con veteranos de las Guerras Cántabras, que pasaría a llamarse Colonia Iulia Illici Augusta, en torno al año 26 a. C. Bajo el dominio musulmán en la Edad Media, la ciudad se estableció en su emplazamiento actual. A raíz de la conquista cristiana, alrededor del año 1250, la ciudad pasó a la Corona de Castilla. En el año 1265 los musulmanes fueron expulsados de la ciudad tras una rebelión y, en 1305, Elche fue cedida al Reino de Valencia. Durante el reinado de Amadeo I en 1871, el monarca le otorgó el título de Ciudad, tras una visita a la villa. Durante los años 60 y 70 del siglo XX, la ciudad experimentó un fuerte aumento de población ligado a la industrialización, que convertiría a Elche en uno de los principales productores de calzado de Europa.
El Palmeral de Elche, junto con la representación sacra del Misterio de Elche, han sido declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad y Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad respectivamente. Estos símbolos de identidad ilicitanos son unos de los principales atractivos turísticos de esta ciudad de tradición industrial.
Elche es el único lugar del mundo en el que la elaboración artesanal de la palma blanca persiste. El Ayuntamiento envía anualmente para la Semana Santa las palmas blancas a autoridades eclesiásticas y políticas, como a los Reyes de España, el Papa o el presidente del Gobierno.